Aunque de la entrada anterior de esta serie pudo deducirse lo contrario, es injusto atribuir a las artes marciales la génesis de las lumbalgias debidas a la hiperlordosis lumbar, y también es una exageración pensar que todos los hiperlordóticos practican AAMM. En realidad el 80% de la población mundial padece algún tipo de afección lumbar, es el talón de Aquiles de la especie humana, responsable de la mayor parte de las bajas laborales por enfermedad hasta que a algún listo se le ocurrió echar mano de la depresión.
Este hecho constatable no puede, sin embargo, relajarnos. No debe impulsarnos a lavarnos las manos como Poncio Pilato mientras agravamos los problemas de nuestros alumnos, y aunque el nivel académico y cultural del 99,99% de los profesores de AAMM de todo el mundo es de deficiente a muy deficiente, supongo que cualquiera de los demás puede entender cómo evitar esos errores y tratar de explicárselo a los ignorantes.
El primer error a evitar es el sobreentrenamiento de abdominales, mejor dicho, de pseudoabdominales. Es muy importante resaltar que NO se deben practicar abdominales en una clase de AAMM. No hay justificación para practicarlos salvo muy esporádicamente. Si piensa que una persona con los abdominales fuertes es capaz de soportar todos los golpes, es usted un iluso. Todos estamos dotados de un reflejo de contracción abdominal que aproxima la caja torácica a la pelvis cuando percibimos que vamos a ser golpeados en el abdomen, igual que a taparnos la cara cuando percibimos un golpe alto, contracción que minimiza los efectos de un golpe. Pero todo el mundo de este mundillo sabe que se producen numerosos KO en combates de los de verdad en deportistas que practican miles de pseudoabdominales diariamente, lo que revela una vulnerabilidad que echa por tierra el mito de la tabla de lavar. Si uno es golpeado en el abdomen durante la fase de inspiración no va a tener tiempo para cambiar el ciclo respiratorio y además contraer los abdominales suficientemente, ergo el riesgo de knockout por un golpe en el abdomen se relaciona más con el momento que con la debilidad de la musculatura abdominal.
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Y tampoco hay que ser muy listo para darse cuenta de que la cabeza –por no hablar de los cataplines– está más expuesta a los golpes, y de que su integridad es más crítica, pero paradójicamente nadie en las AAMM tradicionales endurece la nariz y practica esquivas como en boxeo, o fortalece el cuello como en judo para evitar ser estrangulado. De modo que el pretexto para destrozarse la espalda practicando pseudoabdominales mientras se descuidan las esquivas y el cuello es perfectamente caprichoso, arbitrario y sin fundamento, a la par que insano. Y matarse a esculpir la tableta de chocolate es típico de macarras de esos a los que encanta atizar patadas a los nuevos o menos entrenados, uno de los vicios favoritos de cualquier karateka que se precie; incluyéndome a mí en mis tiempos mozos, bien aleccionado por el supino ignorante de mi profe japonés.
Deberíamos aprender de los boxeadores, el más mediocre de los cuales, a igualdad de horas de entrenamiento, puede tumbarnos a cualquier practicante de AAMM tenga el grado que tenga, en un abrir y cerrar de ojos. Ellos acorchan su nariz a base de recibir mamporros, acorchemos los abdominales de la misma forma si es lo que queremos: golpeándolos. Pero no haciendo pseudoabdominales, aunque también los practiquen sin sentido los boxeadores, que tampoco es que sean premios nobel precisamente. En todo caso, los boxeadores tienen una ventaja frente a nosotros, y es que su postura básica de guardia, su kamae, tiende a borrar la lordosis lumbar, porque inclinan el tronco hacia delante para cerrar el cuerpo a los ataques, a lo que contribuye adelantar la frente, que es la parte más dura de la cara.
Pero vayamos al problema que nos interesa: ¿Qué otras causas de la hiperlordosis lumbar existen?
No estoy en absoluto seguro de que los problemas del aparato digestivo no tengan una influencia directa en la hiperlordosis. De hecho, supongo que en ocasiones será así, pero en otras será la hiperlordosis la causa de los problemas en el aparato digestivo. Este círculo vicioso se produce porque la inervación de los intestinos delgado y grueso procede de los espacios intervertebrales de las vértebras lumbares.
De modo que los problemas intestinales pueden producir una irritación de los nervios, que a su vez producirían irritación-inflamación de la médula espinal, que ocasionaría dolores lumbares y molestias y alteraciones motrices en los miembros inferiores, porque las raíces nerviosas de los miembros inferiores parten también de los espacios intervertebrales lumbares.
A su vez, las molestias lumbares tienden a producir posturas de compensación –la típica postura de los ancianos apoyándose en el bastón y con una mano en la espalda– para evitar más molestias, y en general derivan en el anquilosamiento de la pelvis y raquis, lo que progresivamente va agravando el problema. Otro componente del círculo vicioso.
Para evitar la primera causa, la visceral, obviamente es necesaria una alimentación y sobre todo una hidratación correctas, de modo que se atenúen o solucionen los problemas digestivos.
¿Cómo evitar la hiperlordosis lumbar?
Para garantizar la efectividad del entrenamiento de reeducación postural hay que atacar todos los frentes:
Alimentación: El zumo de un limón en un vaso de agua caliente en ayunas, media hora antes de desayunar, es una saludable forma de vitaminarse, depurarse e hidratarse, a la vez que combate la acidez gástrica cuyas molestias pueden provocar una tensión abdominal excesiva que dificulte la motilidad intestinal. Es un buen truco para hacer de vez en cuando en plan regeneracion.
No comer en exceso, cuidar la digestión, dejar que el estómago descanse entre comidas.
Y aunque pueda parecer intrascendente, hacer ejercicio dinámico como correr, saltar a la comba, practicar cualquier deporte moderno tipo zumba, etc., con el objetivo de movilizar la masa intestinal y facilitar la evacuación, porque las dificultades de evacuación incluso de gases pueden provocar esa desagradable sensación de intestino inflado a punto de reventar que podemos notar palpándonos el abdomen tumbados boca arriba, y que a su vez tienden a producir hiperlordosis para evitar las molestias. El sedentarismo es uno de los principales enemigos del aparato digestivo.
Flexibilidad: Poner el foco en la movilidad lumbar, lumbosacra, coxofemoral (normalmente el músculo piramidal de la pelvis suele dar problemas en esta articulación), más que en los aductores para lanzar patadas espectaculares. El diagnóstico y el tratamiento son sencillos: el ejercicio que más dolor nos procura es el que más necesitamos trabajar, y el lado más doloroso con especial énfasis. Además, es igualmente esencial elongar los flexores de cadera: recto anterior del cuádriceps y psoas ilíaco. Sin olvidar el cuadrado lumbar, que es el que duele constantemente.
Tonificación: Es imprescindible fortalecer los glúteos e isquiotibiales, teniendo la precaución de contraer simultáneamente los abdominales en cada contracción para fortalecer la parte de la cadena cinética en forma de X de la que hablábamos en la entrada anterior, concretamente la que controla la anteversión pélvica. Nunca hacer ejercicios –por ejemplo pesas– sin contraer los glúteos y la parte inferior del abdomen para estabilizar la pelvis.
Siguiendo estas recomendaciones no es necesario obsesionarse con los abdominales, ni siquiera sustituir los clásicos por los hipopresivos. La pared abdominal se adapta a su contenido, e igual que una mujer embarazada recupera normalmente su silueta al poco de dar a luz, cuando los órganos y vísceras abdominales no están inflamados sino cuidados, la panza desaparece como por arte de magia.
No obstante, esta labor es a largo plazo, en ocasiones podemos tardar años en recuperar la salud lumbar y abdominal que permita lucir un vientre plano, pero merecerá la pena la espera, primero por la salud, y desde luego por la estética.
En sucesivas entradas de esta serie veremos la forma correcta de entrenar los glúteos y abdominales simultáneamente y su relación con ese mito llamado hara.
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Buen día Long,
agradezco sinceramente el que hayas compartido esta serie de artículos, para completarlos estaría muy bien una serie de videos explicando los ejercicios.
Saluda atte D.D.
Bufff, D.D.! Me da una pereza terrorífica! Estoy tan centrado en mi trabajo que, como ya habrás notado, últimamente casi no aparezco por aquí. Pero por supuesto que voy a ponerme a ello aprovechando las vacaciones para poder así satisfacer tus demandas, que uno se debe a sus lectores y sobre todo merecen la pena el esfuerzo, como es el caso.
😉